Hace mucho que no juego al Candy Crush, soy más de Farm Heroes, y tengo que reconocer que no he probado el Pokemon Go, aunque ya se le están buscando aplicaciones educativas y debe ser interesante en ese sentido.
Mi reflexión de hoy hace referencia a lo que juegos de
carácter repetitivo, como los de la King Saga (Candy Crush y similares), pueden
decirnos sobre las estrategias de aprendizaje.
Si ponemos esta imagen:
Nuestros alumnos y muchas personas podrían decirnos
qué implicaciones tiene este tipo de bola en el juego.
Lo mismo sucede con otros elementos de este juego o
del resto de la Saga. Y esto tiene lugar por motivación, pero también por
repetición.
Cuando estamos interesados en algo, aprendemos más rápido,
mejor, y además lo memorizamos a más largo plazo. Del mismo modo, si a esto
añadimos una repetición constante, incluso obsesiva, en la que unos elementos
se repiten de manera muy frecuente, la interiorización es sencilla.
Siguiendo la clasificación de Oxford de estrategias de aprendizaje, jugando estaríamos desarrollando e implementando
estrategias indirectas sociales (interactuar y empatizar), afectivas (control
de emociones, de ansiedad, estrés y ánimo general) y metacognitivas (evaluar el
resultado para intentar mejorar, organizar trabajo o estrategia de juego). Del
mismo modo, las estrategias directas estarían presentes, las cognitivas (que
implican práctica, análisis y razonamiento), las compensatorias (de resolución
de problemas e intuición de resultados), y las memorísticas (promovidas por la
repetición).
En la actualidad se habla mucho de gamificación,
pero, si en vez de realizar un aprendizaje basado en características de juegos,
pudiésemos usar juegos directamente, podríamos estar dando un paso más. Preguntad a
vuestros alumnos por el significado de los diferentes símbolos o
representaciones que se pueden encontrar en el Candy Crush o juegos similares y
luego plantearos si valdría la pena hacer algo parecido con otro contenido.