Thursday, October 6, 2016

Reflexión sobre la docencia



Reflexión  sobre la docencia

Atendiendo hace unos días a la charla entre el, entonces, decano de la facultad de Educación, José Fernando Calderero, y César Bona, de gran interés para nosotros, docentes, me llamaron la atención unas palabras del profesor Bona, comentando que miramos mucho a Finlandia o Reino Unido y que, efectivamente tenemos mucho que aprender de ellos, pero que la innovación docente también está en España, lo que pasa, siguió diciendo, es que no se le da publicidad. Dice que lleva meses viajando por nuestra geografía, dando charlas por colegios y centros educativos y que ha encontrado profesionales muy motivados y muy innovadores de los que, desgraciadamente, no se sabe nada.

Al filo de lo anterior, llegó a mis manos la publicación de Fundación Telefónica llamada Viaje a la Escuela del Siglo XXI, escrito por Alfredo Hernando, en el que recoge su experiencia visitando los que él califica como “los centros más innovadores del mundo”. Entre ellos, hay varios centros españoles.
¿Qué podemos hacer para dar a conocer nuestra labor docente? ¿Dónde queda la docencia frente a la investigación? ¿Qué papel juega la docencia en el reconocimiento de los méritos de un docente para acreditaciones nacionales?
Deberían existir más métodos, más premios, más posibilidades de transmitir experiencias docentes innovadoras, publicarlas y compartirlas, y que fuesen oficialmente reconocidas igual que lo son otros aspectos de investigación. Si la organización que tiene la investigación, y sus baremos, se pudiese trasladar a la docencia, podríamos justificar los méritos objetivamente.
Pero la docencia, salvo en contextos virtuales en los que las clases son grabadas, se queda, desgraciadamente, entre cuatro paredes y solo el profesor y los alumnos disfrutan, o sufren lamentablemente, la vocación y la entrega que los profesores llevamos dentro, independientemente de la etapa educativa con la que estemos vinculados.